La luz es la fuente de vida para toda la vida, ya sean plantas o peces. La luz de nuestro acuario está estrechamente ligada a los factores del agua y los nutrientes y pone en marcha el ciclo ecológico del acuario. Con la luz las plantas generan la fotosíntesis y las hacen crecer. Las plantas consumen los nutrientes del agua, formados por los restos de comida y las excreciones de los peces.
¿A qué hay que prestar atención con la iluminación?
Hay tres cosas que importan cuando se trata de la iluminación. La intensidad de la luz, la composición del espectro luminoso y la duración de la iluminación. Si el suministro de luz es insuficiente, las plantas no pueden crecer adecuadamente y los nutrientes presentes en el agua no se aprovechan. El exceso de nutrientes no utilizados provoca a su vez el aumento del crecimiento de las algas. Demasiadas algas en el acuario son siempre una molestia. Para que esto no ocurra, el tiempo de iluminación debe ser correcto. A partir de la experiencia de muchos acuaristas se ha determinado que el tiempo de iluminación óptimo es de 8 a 12 horas al día para los habitantes y las plantas. La mejor manera de regularlo es con un temporizador. Si es necesario, y si hay varias luces, las lámparas también pueden controlarse por separado. También hay luces con las que se puede simular un amanecer y una puesta de sol. Hasta el tiempo con relámpagos y tormentas.
¿Qué luz necesita?
La luz que necesitas para tu acuario depende de si tienes un acuario abierto o cerrado. Hay diferentes tipos de lámparas que proporcionan una iluminación bonita y óptima. En un acuario cerrado estándar se suelen utilizar tubos fluorescentes del tipo T5 o T8. Estos tubos fluorescentes consisten en un tubo de vidrio de paredes finas que contiene un gas iluminador. Cuando el gas se energiza, comienza a brillar y emite una luz uniforme. Los tubos fluorescentes vienen en diferentes variedades con diferentes composiciones de luz. Los tubos tienen una larga vida útil de 10.000 a 15.000 horas y son fáciles de sustituir. Para poder aprovechar al máximo la luz de los tubos, los tubos fluorescentes deben funcionar siempre con un reflector. Esto refleja la luz que brilla hacia arriba y hacia abajo y garantiza un aprovechamiento óptimo.
Luminarias LED: bajo consumo y alto rendimiento
Las luces LED son una alternativa real de iluminación. Son los más comunes en los sistemas de acuarios nuevos. La ventaja de las luces LED es el bajo consumo de energía con una alta intensidad de luz con diferentes espectros de color. Esto permite crear requisitos de luz completamente diferentes para el agua dulce y el agua marina. Las luces LED han encontrado ahora muchos amigos entre los acuaristas y son especialmente interesantes para los acuarios más pequeños.
Lámparas halógenas
Una lámpara halógena produce una luz puntual y muy brillante. Es adecuada como iluminación de acuario para la iluminación específica de determinadas zonas destacadas del acuario. El cono de luz puede ampliarse un poco con difusores y reflectores. Sin embargo, la aplicación estándar de una lámpara halógena como iluminación de acuarios sigue siendo la iluminación puntual a mayores profundidades de agua. Por esta razón, siempre se utilizan varias lámparas halógenas para los acuarios grandes y profundos.
Bombillas HQI
Los quemadores HQI son aún más brillantes que las lámparas halógenas. Estas lámparas, aptas para profesionales experimentados del acuario, funcionan mediante vapor de mercurio. Esto requiere medidas especiales de seguridad y protección. Brillan mucho, generan mucho calor y, además, hay que sustituirlas regularmente. Son adecuados para la iluminación de acuarios de gran superficie de tanques profundos. A diferencia de las lámparas halógenas, los quemadores HQI producen una iluminación uniforme que también se extiende a grandes profundidades. Por lo tanto, son adecuados como iluminación de acuarios para tanques que tienen una gran profundidad de agua pero un tamaño compacto.
Para una profundidad de agua de hasta medio metro, las lámparas LED y los tubos fluorescentes son más adecuados, ya que penetran en el agua de forma suficiente y muy uniforme, dependiendo de la fuerza, y así garantizan un crecimiento de las plantas maravillosamente uniforme.